No me interesa aquel que haya conocido, llevado en litera,
mil cimas de montañas y así observado mil paisajes porque,
en primer lugar, no conocerá uno solo verdaderamente y, luego,
porque mil paisajes no constituyen más que
una partícula de polvo en la inmensidad del mundo.
Me interesará sólo el que haya ejercitado sus músculos en la ascensión de una montaña, aunque sea la única, y así estar capacitado para comprender todos los paisajes por venir y, mejor que el otro, los mil paisajes que le han enseñado.