martes, 7 de enero de 2014

Romance de Curro El Palmo - Antonio Vega


La vida y la muerte bordada en la boca
tenía Merceditas la del guardarropa.
La del guardarropa del tablao de "El Lacio",
un gitano falso, ex-bufón de palacio.
Alcahuete noble, que -al oir los tiros-,
recogió sus capas y se pegó el piro.
Se acabó el jaleo, y el racionamiento
le llenó el bolsillo, y montó este invento,
en donde "El Palmo" lloró cantando...

Ay, mi amor,
sin tí no entiendo el despertar.
Ay, mi amor,
sin tí mi cama es ancha.
Ay, mi amor
que me desvela la verdad...
Entre tú y yo, la soledad
y un manojillo de escarcha.

Mil veces le pide - y mil veces que "nones" -
de compartir sueños cama y macarrones.
Le dice, burlona: " Carita gitana,
¿Cómo hacer buen vino de una cepa enana?"

Y Curro se muerde los labios y calla,
pues no hizo la mili por no dar la talla.
Y quien calla, otorga, como dice el dicho...
Y Curro se muere por ese mal bicho.
Ay! Quien fuese abrigo, para andar contigo.

Ay, mi amor,
sin tí no entiendo el despertar... 


Buscando el olvido se dio a la bebida,
al mus, las quinielas... Y en horas perdidas 

se leyó enterito a Don Marcial Lafuente  
por no ir tras su paso como un penitente.

Y una noche, mientras palmeaba "farrucas",
se escapó Mercedes con un "cura-pupas"
de clínica propia y Rolls de contrabando.
Y, entre palma y palma, Curro fue palmando

entre cantares por soleares.

Ay, mi amor,
sin tí no entiendo el despertar... 

Quizás fue la pena o la falta de hierro.
El caso es que un día nos tocó ir de entierro.
Pésames y flores, y dos lagrimitas
que soltó la Patro al cerrar la cajita...

A mano derecha, según se va al cielo,
veréis un tablao que montó Frascuelo,
donde, por las noches, pa las buenas almas,
el Currito "El Palmo" sigue dando palmas.
Canta sus males por "celestiales":

Ay, amor,
sin tí no entiendo el despertar...