Marilyn Monroe |
dos horas confiando que no colgaran
dichoso cartelito de completo está el local.
Logré cruzar la puerta, diez duritos van
no me ponga delante ni tampoco detrás.
Eterno en la pantalla está el visite nuestro bar.
Las luces se apagaron, esto va a empezar,
La chica de la antorcha ya ocupó su lugar
preludio de que algo emocionante va a pasar.
Sobre la foto fija de una gran ciudad
los nombres y apellidos de los que serán
actores, directores, productores y demás.
El ruido de las fabricas al despertar
los olores y colores de la gran ciudad
me hicieron sentir que yo estaba allí,
que estaba allí.
El cuerpo de esa chica que empezó a temblar
cuando el protagonista la intentó besar
me hicieron sentir que yo estaba allí,
que era feliz.
Las primeras escenas de aproximación
consiguen que te metas en la situación
y poco a poco se va desarrollando la acción.
Parece que se ha producido un apagón
silbidos a cabina, tensa situación
la chica ya estaba desnuda cuando se cortó.
Recuperado el ritmo, ya llegó el final
barullo de murmullos que preguntan que ¿qué tal?
Y un desfile de zombis que abandonan el local.
Durante hora y media pude ser feliz
comiendo chocolate y palomitas de maiz
sintiendo que era yo el que besaba a aquella actriz.