Cada loco con su tema, que contra gustos no hay disputa: artefactos, bestias, hombres y mujeres, cada uno es como es, cada quien es cada cual y baja las escaleras como quiere.
Pero puestos a escoger soy partidario de las voces de la calle más que del diccionario, me privan
más los barrios que el centro de la ciudad y los artesanos más que las factorías, la razón que la fuerza, el instinto que la urbanidad y un sioux más que el Séptimo de caballería.
Prefiero los caminos a las fronteras, querer a poder, palpar a pisar, ganar a perder, besar a reñir, bailar a desfilar y disfrutar a medir. Prefiero volar a correr, hacer a pensar, amar a querer, tomar a pedir y antes que nada soy partidario de vivir.
Pero puestos a escoger prefiero un buen polvo a un rapapolvo y un bombero a un bombardero, crecer a sentar cabeza, prefiero la carne al metal y las ventanas a las ventanillas, un lunar de tu cara a la Pinacoteca Nacional y la revolución a las pesadillas.
Prefiero el tiempo al oro, la vida al sueño, el perro al collar, las nueces al ruido y al sabio por conocer que a los locos conocidos..