Todo lo que callas, todo lo que esperas, todo lo que amas y lo que desprecias, ese revoltijo baila en tu cabeza y esa es la balanza que todo lo pesa.
Hay más de dos caras de una misma moneda, ni la luna es blanca ni la noche es tan negra.
Cuando unos te aplauden los otros te niegan, si unos te excomulgan otros te cortejan, alguien en silencio prepara tu hoguera, otros te dan alas para ver cómo vuelas.
Todo lo que callas, todo lo que esperas, todo lo que amas y lo que desprecias, ese revoltijo baila en tu cabeza y esa es la balanza que todo lo pesa.
En tu disco duro no se encuentra el futuro pero puede verse tu pasado más crudo, grandeza, miseria, verdades a medias, la banda sonora de todas tus guerras. Aunque tenga buena prensa la experiencia, siempre tropezamos en idéntica piedra.
Todo lo que callas, todo lo que esperas, todo lo que amas y lo que desprecias, ese revoltijo baila en tu cabeza y esa es la balanza que todo lo pesa.
Mírame esta mano que una vez fue puño y con él soñé que cambiaría el mundo, cuando despertamos del sueño profundo alguien nos había robado el futuro. Cuántas esperanzas se volvieron humo, cuántos navegantes perdieron el rumbo.
Todo lo que callas, todo lo que esperas, todo lo que amas y lo que desprecias, ese revoltijo baila en tu cabeza y ésa es la balanza que todo lo pesa.